Seguimos con la serie de factores a considerar en la capacidad y eficiencia del cribado. En en esta ocasión, trataremos los factores 7, 8 y 9, centrándonos en las características que debe tener el material a cribar.
Recordemos:
Factores a considerar en la capacidad y eficiencia del cribado
F1 – Área de cribado.
F2 – Número de pisos (cortes) de la criba.
F3 – Amplitud y frecuencia de la criba.
F4 – Inclinación de la criba.
F5 – Clase de material a cribar.
F6 – Granulometría y densidad del material a cribar.
F7 – Porcentaje de humedad del material a cribar.
F8 – Sistema de alimentación de la criba.
F9 – Tipos de mallas y superficie útil.
F10 – Factor de Eficiencia.
F11 – Cribado con Riego.
F7 – Porcentaje de humedad del material a cribar
La existencia de humedad en el material a tratar produce una adherencia de los finos en los alambres de las mallas. A su vez, también genera una adherencia de los finos a las partículas más grandes, lo cual dificulta aún más el paso del material por las aberturas y genera mayor número de finos desclasificados.
El contenido máximo de humedad permisible para no tener problemas en la clasificación oscila entre el 3 y 5%, variando según el tamaño de abertura.
F8 – Sistema de alimentación de la criba
El sistema de alimentación de la criba influye sobre la eficiencia de la criba y la duración de sus mallas. La alimentación debe hacerse por un método constante, homogéneo y debe rápidamente extenderse por todo el ancho de la criba, para utilizar toda la superficie de cribado, debe tenerse en cuenta la altura de alimentación para evitar impactos y así evitar una rotura innecesaria de las mallas.
F9 – Tipos de mallas y superficie útil
La malla o superficie cribante, se puede considerar como el elemento más importante de una criba. Las hay de diferentes materiales (acero, poliuretano, goma, etc.), geometrías de aberturas (cuadradas, rectangulares, anticolmatantes, etc.) y modos de fijar a la criba (sistemas de tensión transversal, longitudinal, sistemas modulares, etc.).
En todos los casos es una superficie con aberturas por donde pasa el material a clasificar, la suma de la superficie de las aberturas se llama Superficie de Cribado o Superficie Útil y se denomina como un % de la superficie total del paño, al resto de la superficie se le llama superficie ciega. El % de superficie útil es un factor muy importante en el cálculo de capacidad de cribado: a mayor % de superficie útil, mayor capacidad de cribado.
La geometría de la abertura también es otro factor muy relevante: una malla con luz rectangular o anticolmatante tendrá mayor superficie útil que una cuadrada o redonda, por lo tanto también mayor capacidad de cribado.
El hecho de que las mallas tengan mayor capacidad de cribado no quiere decir que sean más eficientes, siempre debería clasificar cada material con la malla que mejor se ajuste a sus características. Si criba un material muy abrasivo con malla metálica, tendrá una alta capacidad de producción pero tendrá mayor tiempo de parada de máquina. De la misma manera si clasifica un material con una malla rectangular o anticolmatante aumentara la capacidad pero disminuirá la precisión.
Para conocer más en profundidad y solicitar información o cotización puede acceder a nuestra sección de superficies cribantes.