Retomando el hilo de nuestra anterior publicación “Clasificación de Áridos en el Año 2000”, tratamos de manera extensa la comparativa de unas mallas de acero, y arrojamos una serie de resultados conforme a unas características específicas.
Cierto es que estos años se han implementado mejoras tecnológicas para su producción, pero echando un vistazo desde la fecha de este estudio hasta el día de hoy, se puede apreciar que ha habido una evolución ligeramente lineal, ya que no hay datos que arrojen cambios significativos si volviésemos a repetir otro nuevo estudio.
En estas mallas convencionales en las que los alambres forman un cuerpo, es difícil impedir que los áridos de forma lajosa se acuñen en los orificios tapando estos; pero tampoco es fácil impedir que suceda lo mismo – que se obturen por la adherencia de arcillas, limos e impurezas – en mallas de luces inferiores a 6mm.
Para evitar este problema, se fabrican mallas con alambres independientes unos de otros que favorecen también su vibración individual. Esta circunstancia impide que las partículas a cribar se depositen entre ellos.
Este tipo de mallas se llaman mallas de anticolmatado, y actúan en función de:
- Cribado en seco o de vía húmeda.
- Árido cúbico o lajoso.
- Cantidad de arcilla o impurezas.
- Corte en mm.
En estos casos se utilizará una de las 5 clases que fabricamos:
Doblonda
Rectonda
Doblorec
Medionda
Multirecta
En esta familia de mallas hay que cuidar mucho los montajes adecuados, tanto en su correcta tensión, como en el debido apoyo de sus tramas sobre los perfiles de goma que protegen las pletinas de la criba.
¿No te parece super interesante cómo la técnica hace que seamos más eficientes en los procesos de fabricación de mallas cribantes que cada vez hacen la criba mejor?